Shit happens. No sabemos si existe una traducción al alemán de tan magnífica expresión, pero estamos seguros de que es lo que debieron de pensar los chicos de Samsara Blues Experiment cuando salieron al escenario del Barracudas Rock Bar el pasado viernes 22 de noviembre. Precedidos por el stoner metalero de los jienenses de Santo Rostro y los dejes kraut de los madrileños Mechanik, el plantel de la noche invitaba a subirse al globo musical y dejar flotar la mente hacia dimensiones desconocidas. Con el cartel de “no hay entradas” colgado esa misma mañana, eran muchas las cabezas deseando balancearse hasta llegar al trance.
Con esa intención acudimos, cuando - ¡ay! - nada más llegar a la sala nos informaron desde Peyote Producciones que Christian Peters, vocalista de Samsara Blues Experiment, había sufrido una indisposición intestinal, por lo que no se encontraba en condiciones de subirse a las tablas, aunque el concierto se mantendría sin su presencia. Puede que, tras su escala en León la noche anterior, el estómago teutón no estuviera preparado para digerir las bondades del botillo y los vinos del Bierzo.
Lo que a otros les hubiera desinflado, en nuestro caso nos dejó con la intriga de saber cómo iban a sacar adelante un repertorio puramente instrumental. Cuando aparecieron en formato de trío, tras dar las correspondientes explicaciones a los presentes, nuestra expectación era absoluta. Bien pensado, era un concierto hecho para verdaderos amantes de la música en directo, para oyentes curtidos y sin complejos.
Vaya por delante que como es natural se echó de menos el contrapunto y la atracción de las melodías vocales, lo que exigió un mayor ejercicio de concentración en la música. Pero haciendo honor a su apellido, los Samsara se sacaron de la manga un set completamente improvisado sobre el que descargar toda la fuerza de su blues psicodélico y sus ritmos stoneros, con el que consiguieron envolvernos en la potencia de su bajo y los riffs de guitarra de tal forma que apenas acusáramos la acostumbrada longitud de sus temas.
Lástima que tras una hora y cuando el show había ganado la intensidad suficiente para tenernos completamente atrapados, decidieran poner fin al experimento y nos dejaran un tanto fríos. Quizá se debió a que, a pesar de que la mayoría de los asistentes les jaleó y arropó con ovaciones durante todo el concierto, no quisieran abusar de la paciencia auditiva del público menos avezado, parte del cual había ido abandonando la sala hacia el final del concierto en un tímido goteo y entre el que se encontraba algún fan acérrimo un tanto molesto por la “sorpresa”.
Y es que, si bien es cierto que llegamos a disfrutar enormemente durante algunas fases del concierto, mientras escribimos esta crónica aún no podemos evitar preguntarnos si la banda que escuchamos era Samsara Blues Experiment, eran las tres cuartas partes… o no lo era. Es por ello que en Psychoner nos quedamos con ganas de que vuelvan a visitarnos a Madrid para resolvernos la ecuación. Y cuanto más pronto sea, mejor.
Por Fernando FM
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